Debemos elegir los chinchulines que tengan el interior de color marrón clarito y no verdoso, ya que si los tenemos con esta tonalidad verdosa están pasados y comenzando a descomponerse y obviamente no es un producto fresco.
Una vez que tengamos los mejores chinchulines debemos lavarlos muy bien por fuera, y los sumergimos en una fuente con agua y el jugo exprimido de 5 limones (Podemos reemplazar los limones por vinagre blanco)
Llevamos a la heladera por al menos 2 horas y hasta que estemos listos para colocarlos a la parrilla. (Nunca dejemos marinar los chunchulines a temperatura ambiente).
Una vez que ya tengamos las brasas listas y la parrilla limpia y caliente, escurrimos los chinchulines y los cortamos de unos 20 centímetros de largo.
Esto hará que al cocinarlos queden en forma de círculos ya listos para servir uno a cada uno.
Colocamos los chinchulines en la parrilla (todavía sin sal) con buena cantidad de brasas y siempre manteniendo la temperatura.
Con respecto a la cocción de los chinchulines hay que estar siempre atentos ya que largan mucho líquido en la cocción y nos van a apagar las brasas con rapidez, por lo tanto, vamos a tener que estar controlado y agregando brasas.
El tiempo de cocción de los chinchulines son de 50 minutos aproximadamente, unos 25 minutos por lado.
Es importantes dorar los chinchulines, pero nunca secarlos ya que quedarán duros, tienen que quedar crocantes por fuera pero tiernos y húmedos por dentro.
A los 25 minutos de cocción los damos vuelta y le agregamos unas gotas de limón y sal a gusto.
Y al finalizar la cocción (50 minutos) agregamos limón y sal de la parte que no tenía.